La presencia de Beijing en Latinoamérica continúa ampliándose y apunta a ser aún más profunda en los próximos años.
Ya instalado como principal socio comercial de gran parte de los países suramericanos, China sigue apostando por ganar peso en una zona históricamente coaptada con Estados Unidos.
En 2024, se marcaron cifras récord de exportación a la nación asiática y se han multiplicado 35 veces este siglo.
El desembarco de China en América Latina, un proceso que inició desde hace décadas, tuvo su profundización en 2024, con vistas a seguir por la misma senda en los próximos años.
Más allá de los movimientos de inversión en la región, cuyos integrantes tienen a Beijing como uno de sus socios económicos principales, la intención del gigante de Asia quedó demostrada en el arribo del presidente Xi Jinping para la 31ª Reunión de Líderes Económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en noviembre pasado.
Durante su estancia en Latinoamérica, Xi asistió a cerca de 40 eventos bilaterales y multilaterales y rubricó más de 60 acuerdos de cooperación. “Ampliar la asociación” fue el objetivo del viaje, según dijeron fuentes oficiales chinas.
En una alocución en el foro APEC, Xi les pidió a los actores políticos que asuman la responsabilidad de la actualidad y promuevan el desarrollo de los lazos entre regiones. En ese sentido, llamó a romper el sistema que impide la circulación comercial y de inversión, palabras que cobran mayor sentido con la inauguración del megapuerto de Chancay, en Perú, que facilitará las importaciones en América Latina.