Estados Unidos se despide a partir de este sábado del expresidente Jimmy Carter con seis días de honras fúnebres que terminarán con un funeral de Estado en Washington y el entierro en su Georgia natal.
Las banderas han ondeado a media asta en todo el país desde que Carter falleció el 29 de diciembre a la edad de 100 años en Plains, en el estado sureño de Georgia.
Carter dejó una huella indeleble en América Latina: denunció los abusos de las dictaduras militares del Cono Sur, retiró el apoyo al régimen de Anastasio Somoza en Nicaragua y se comprometió a devolver el Canal de Panamá a los panameños, algo que describiría como su «batalla política más difícil».
También acordó con el régimen de Fidel Castro en Cuba la reapertura de las sedes diplomáticas bajo la forma de sección de intereses.
DE PLAINS AL CAPITOLIO
Los homenajes de Estado al demócrata arrancan oficialmente el sábado cuando agentes del Servicio Secreto, la agencia encargada de proteger a las personalidades políticas, lleven el ataúd a un coche fúnebre para un recorrido por Plains.
La caravana que transporta sus restos hará una pausa en la granja familiar de cultivo de maní. La campana sonará 39 veces para rendir tributo al 39º jefe de Estado estadounidense.